¿DONDE
MURIO SAN JUDAS TADEO?: LA “IGLESIA NEGRA”.
Pbro.
Lic. Juan Carlos Flores Rivas.
Anna Pozzi, en la Revista en italiano Terra Santa de Enero-febrero
de 2018, nos da a conocer con un fantástico artículo, el lugar donde San Judas
Tadeo fue martirizado, derramando su sangre por Cristo, y la situación actual
del memorial que lo recuerda. Con gusto damos a conocer el contenido del
artículo.
Según la tradición, la Iglesia de San Taddeo, conocida como
“La Iglesia Negra”, es la Iglesia más antigua del mundo, fundada en el año 68
después de Cristo, dos años después del martirio de Judas Tadeo que llega a
estas tierras en el 45 d. C. El monumento, hoy en Irán, en manos de los
cristianos armenios fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Se
llega a él por una carretera sinuosa en un valle de relieves suaves y colores
ásperos: tonalidades ocres, amarillos, rosas, la cúpula del templo, en punta en
marrón, como un cono invertido. Lejos incluso de los últimos pueblos. El
horizonte es amplio e indeterminado como suspendido en el tiempo. Tiempo de
espera… después, una última colina y un minúsculo poblado, esto es, poco más
abajo, rodeado de muros y encerrado por las montañas: es el monasterio de San
Taddeo, cuyo núcleo es tan antiguo como la historia del cristianismo. Es el
lugar marcado por la tradición y al cual llegan muchísimos peregrinos armenios.
En el extremo norte de Irán, ubicado entre Turquía y Naxziván, un enclave de
Azerbaiyán.
Mucha gente visita el santuario: turistas iraníes en gran
parte, y por lo tanto musulmanes, pero también armenios de Irán y probablemente
de la diáspora que regresan a visitar a sus seres queridos y a los lugares
símbolo de sus tradiciones. Todos, musulmanes y cristianos, llegan con familias
numerosas, alegres y hablantines. Difícil distinguirlos, incluso dentro del edificio,
donde todos se toman selfies a profusión, pero los armenios se acercan a
encender alguna vela. El lugar es altamente sugestivo, por la belleza del
edificio, por su colocación en el paisaje y por su antiquísima historia. Que se
entrecruza con la historia de este ángulo del mundo, en el cual se han
estratificado tradiciones bíblicas y encuentros de civilizaciones, ocupaciones
y destrucciones, intereses geopolíticos y pedazos en disolución de la ex Unión
Soviética.
Hoy esta tierra es parte de Irán, pero está habitada
prevalentemente por azeríes –y por lo tanto, turcos-, orgullosos de su origen y
de su lengua, que formaban parte de la grande Armenia como testimonia, por
ejemplo, este antiquísimo monasterio, que la República Islámica ha querido sea
reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, como en efecto fue
declarado en 2008. Y el pasado mes de julio de 2017, el gobierno ha dedicado
370 mil dólares para su restauración. En suma, llegar a San Taddeo significa
hacer un salto hacia atrás de más de dos mil años y encontrar las huellas de
una historia extremadamente compleja que ha dejado improntas indelebles también
en este lugar aparentemente fuera del mundo y del tiempo. Irán es también esto:
una presencia cristiana todavía viva hasta hoy. Lo testimonian no solo los
peregrinos presentes en este lugar, sino también las comunidades cristianas
–sobre todo la armenia- que, si bien extremadamente minoritaria, continúa a ser
parte integrante del tejido social iraní.
San Taddeo, por esto, une la fascinación de la historia y el
misterio de la tradición. El monasterio incluso, resaldría a la presencia y al
martirio de San Judas Tadeo, uno de los doce apóstoles, llegado aquí alrededor
del 45 después de Cristo. Su predicación constituye un notable suceso, al punto
que también el rey local, se convierte al cristianismo junto con su familia. Magos
y hechiceros, azuzaron a las gentes en su contra, y lo asesinar junto con el
apóstol San Simón, entre ambos martirizados en el año 66. Ya dos años después,
según la tradición, sobre el lugar de su sepultura, viene edificado el primer
núcleo de la actual Iglesia.
Aquella Iglesia de San Taddeo pretende ser la primera
iglesia construida en el mundo junto a otro edificio, la Iglesia de Santa María
(Kalisa Neneh Mariyam) en Urmia, un poco más al sur: los asirios-ortodoxos, en
particular, sostienen que la iglesia de Santa María fue fundada por Santo Tomás
sobre la tumba de uno de los Reyes Magos y por lo tanto, se trataría de la
Iglesia más antigua en el mundo hasta hoy íntegra. En esta pequeña ciudad están
presentes hoy seis confesiones cristianas con cerca de cuatro mil fieles. Otro
monasterio que la leyenda hace resalir al primer siglo después de Cristo es aquél
magnífico de San Esteban, entre las rocas, a una altura a pocos kilómetros de
la ciudad de Giulfa. Junto a este de San Taddeo y a la capilla de Dzordzor,
están todos en la lista de los monumentos Patrimonio de la Humanidad de la
Unesco.
El primer testimonio de la Tradición está datado entre el
196 y el 236: se trata del “Liber legum regionem”, en el cual se elogia la
influencia moral y civilizadora del cristianismo entre los pueblos de Gilan, la
actual región iraní de Azerbaiyán oriental. El nacimiento de la primera iglesia
“persa” puede por lo tanto ser colocada razonablemente entre el 79 y el 116.
También si diversas ciudades hacen resalir los orígenes de su fe directamente
de los apóstoles: Salmas a San Bartolomé, Rev Ardashir en la provincia de Fars
a Santo Tomás y Urmia a los Reyes Magos a su retorno de Belén. Hoy, de aquellas
huellas antiquísimas no queda nada. En el mismo monasterio de San Taddeo los
restos más antiguos datados resalen al VII siglo y incluso ahora se ven huellas
que resalen al X siglo en torno al altar. El complejo sin embargo, viene
severamente dañado por el paso, alrededor del 1230, de Gengis Khan y de sus
hombres que –desde Persia y más allá- sembraron muerte y destrucción. Pero el
golpe de gracia viene dado por el terrible terremoto de 1319. Diez años después
el monasterio viene reconstruido, pero las intervenciones más importantes
resalen al XIX siglo, bajo la dinastía Qajar, cuando se agregan el ingreso, la
parte anterior y la central, todas en arenaria de la tonalidad beige, que se
convierten doradas al calar el sol. El núcleo más antiguo es muy oscuro y se
distingue hoy fácilmente propiamente por el material del que ha sido
construido, en particular piedra volcánica, que dan una fisonomía muy
particular, única. De aquí el nombre de Qara Kelisa, la “Iglesia Negra” en
turco.
No obstante algunos rasgos que permanecen parcialmente en la
parte absidial, con evidentes influencias bizantinas, ortodoxas y persas,
también el edificio presenta en su complejo una arquitectura típicamente
armenia, más allá de los límites complicados que se entrecruzan. A pesar de que
en más de medio siglo no tenido una presencia fija, el monasterio es meta
continua de peregrinaciones y visitas, especialmente en la buena estación, y se
reanima especialmente en modo particular en la segunda mitad de julio, cuando
la diócesis armenia de Tabriz, sede de la provincia iraní de Azerbaiyán
oriental, organiza una peregrinación de tres días para recordar el martirio de
San Taddeo. Participan muchísimos cristianos armenios provenientes de diversas
ciudades del país: no solo Tabriz y Urmia, sino también de Teherán e Isfahan.
En esa ocasión vienen celebradas también numerosos bautismos en un lugar que
continúa a revestirse de un gran significado simbólico para la fe y la
identidad de los cristianos de Irán. Un lugar que desde hace dos mil años
testimonia una presencia cristiana que ha marcado no solo esta tierra, sino de
la humanidad entera.
Algún día, si Dios lo permite, podremos organizar una
peregrinación a este fantástico santuario, liderados por el Padre Adolfo Silva
Pita, y organizado por Acapulco Amigo de Tierra Santa. ¿Te interesa?
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