CROQUIS DE LOCALIZACION

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sábado, 25 de octubre de 2014

SAN JUDAS TADEO: UNA ESPIRITUALIDAD DEL CAMINO Y EN INSERCION




SAN JUDAS TADEO: UNA ESPIRITUALIDAD DEL CAMINO Y EN INSERCION.

         La historia del cristianismo de todos los tiempos está construida con el perfil de los santos, se puede decir que es la continuación de los Hechos de los Apóstoles, porque es la comunicación de la fe y de las experiencias de los discípulos que llevan el mensaje de Cristo.
         La fe cristiana encarna en los santos un reflejo de la profunda imitación de las virtudes de Cristo y la manifestación del advenimiento del Reino de Dios, de lo que los santos son su proximidad hacia nosotros.
         Otro aspecto en relación a la devoción a los santos es el halo de misterio, misticismo y afecto que la comunidad le tributa, de esta última jeto es signo, actitud se deriva el culto a la persona y a la imagen, no buscada ni pretendida por el santo mismo, sino tributada por los fieles que ven en el santo una proximidad misma de lo numinoso.
         Esto es un fenómeno que surgió espontáneamente en el cristianismo como culto de las reliquias, a las cuales se les atribuía un poder devocional-sobrenatural. Esto es parte del sentimiento religioso antropológico, el objeto es signo, es sacramento de las realidades divinas.
Conlleva un peligro inevitable, cuando la devoción se vacía de su significado profundo, y corre el riesgo de convertirse en una práctica supersticiosa. Esto solo se da, si se mantiene al margen de la Iglesia, comunidad de fe, ajena a la Palabra de Dios y a la predicación cristiana.
La situación con San Juditas, se ha convertido en una manifestación natural de búsqueda de lo divino a través de la conexión del milagro, de la recepción del don gratuito, del cambio benéfico inmediato, pero sobre todo de la expresión de gratitud por ser San Judas Tadeo depositario de las angustias humanas.
El trato afectuoso con el santo permite la extrema confianza en los fieles, ya que acudir a Dios para pedir favor suele sentirse más cercano a través de un intercesor visible, que asegura la satisfacción en el solicitante.
El creyente desarrolla una mayor afinidad a través de la santidad visible, por eso la imagen de San Juditas es apreciada, se le da un culto que se contagia entre amigos.
Esta no es una deformación religiosa del dogma oficial, puesto que no son las doctrinas propias del cristianismo las que se ponen en riesgo, esto es un modo de realizar una religión, es decir, una relación con una imagen que representa un valor divino, pero que cobra un sinnúmero de expresiones.
La facilidad plástica de la imagen convierte el culto en una liturgia, que desborda los templos, y se hace visible en la vida cotidiana, que se hace común en las expresiones profanas.

De igual manera no se deforma la figura canónica del santo, sino que se reinventa con la vitalidad propia de la vida cristiana. Y se ha manifestado en la rica y barroca expresión mexicana: es más fácil traer un escapulario, un collar, la pulsera o la estampita con los colores propios del santo para asegurar la cercanía.
La mecánica devocional en México, y que se ha reproducido en Acapulco, hunde sus raíces en la cultura prehispánica, se destaca la penitencia del macehual que ofrecía el pequeño sacrificio para agradar a la divinidad, el devoto ahora carga con su reliquia y da gracias por la simpatía del trueque. Por eso se ha hecho común la peregrinación constante, los “sanjuderos” cargan con sus imágenes, se tatúan en su piel, y por si fuera poco, del tamaño de la imagen depende la calidad de su devoción.
No en balde en Acapulco, solo en el Barrio de Tambuco estaban dadas todas las características para que esa devoción surgiera con una fuerza particular. Tambuco ha sido un nucleo poblacional desde antes de la llegada de los españoles, es un núcleo poblacional prehispánico, atestiguado por piedras labradas que se conservan a unos pasos del santuario de San Judas Tadeo en el Barrio de Tambuco. Y es en 1977, cuando comienza la devoción al santo de las causas difíciles, gracias a que el bien recordado Monseñor Rafael Bello Ruiz, primer Arzobispo de Acapulco, obtiene una reliquia del santo, gracias a la intercepción del Obispo de León, que la consigue de las Madres Agustinas, y la expone a la veneración en el Templo Parroquial de Tambuco. Y es a partir de entonces que crece la devoción hasta desbordarlo todo.
         Para sus fieles el santo siempre será así, santo, bondadoso, y da lo que se le pide, responde de manera gratuita, el devoto le ofrece su confianza, la fidelidad al intercesor. Esta es una espiritualidad de la indigencia, el creyente es un mendicante de la misericordia divina, tiene necesidades y las desea superar con la súplica; es fácil pedir, puede ser fácil esperar mientras se tenga confianza en que él es bueno.
En el caso de San Judas Tadeo, esta fuerza espiritual la han otorgado las mayorías congregadas en su simpatía, la inercia de las mayorías lo invocan y convocan a nuevos devotos. Es un sentimiento popular integrándose a la historia de la fe. Todos quieren recibir el milagro a través del enviado de Jesús: y para recibir el favor se debe escuchar la predicación, convertirse al Evangelio, creer en Jesucristo y seguirlo en las virtudes para que se logre el milagro de la fe y de la salvación.
Un rasgo sencillo que sobresale de la imagen de San Judas Tadeo es el gesto del medallón con la imagen de Jesús que sostiene con su mano, el rostro del Maestro está sobre el corazón del discípulo. Signo más elocuente no podemos encontrar en la historia de la salvación, es el apóstol quien nos indica que esa es la verdadera razón por la que viene a los alejados de Dios.
El santo comunica el amor de Dios, habla desde el corazón, indica que es a Cristo a quien se debe conocer. La verdadera riqueza es la que se lleva en el alma, las cosas buenas que tiene el creyente y que comparte para su propio bien.
La enseñanza eficaz de San Judas Tadeo está en el señalamiento de Cristo: “El es quien vive en mí”, como también decía San Pablo, es El a quien debemos ir, dirá también San Pedro.
La misión de San Judas Tadeo estará completa en nosotros, cuando el devoto en verdad se haga más creyente de Jesucristo, más discípulo del Maestro Jesucristo, cuando ya no se siga la inercia de pedir los favores de manera gratuita, sino ofreciendo una nueva forma de vida para seguir la salvación eterna.
No se trata de inventar nuevas experiencias religiosas, sino de apegarse a la comunión con la Iglesia, una, Santa, católica y apostólica, y en ella, a los hermanos.
San Judas Tadeo edificó la Iglesia, dejó mandamientos, pidió encarecidamente apartarse de la idolatría, de la cual jamás hubiera querido ser objeto.
San Judas Tadeo es un santo amado, falta conocerlo más, por eso es malinterpretado, seguramente mal utilizado, pero tiene mucho que darnos todavía. Su doctrina, su espiritualidad y su ejemplo son dignos para estimular nuestra fe en el verdadero Santo de los santos, Jesucristo, motivo por el cual San Judas Tadeo fue enviado.

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