TESTIMONIO DE OMAR DAVID DEL CARMEN CUEVAS EN LA JMJ
CRACOVIA 2016
Omar
David del Carmen Cuevas, de 23 años, es miembro de la segunda comunidad del
Camino Neocatecumenal de la Parroquia de San Judas Tadeo ubicada en el Barrio
de Tambuco. Participó con su hermana y dos jóvenes más.
Como
miembros del Camino Neocatecumenal, íbamos a la JMJ de diferentes lugares de la
república, de lugares muy diversos, pero ¿Qué pasa? la mano de Dios se hace
presente, vamos en peregrinación todos en una sola sintonía con un mismo
propósito, evangelizar y mostrar que Dios existe en los corazones de cada uno
de nosotros, dejamos de ser un grupo de 4 Acapulqueños y pasamos a ser un grupo
de 47 hermanos mexicanos evangelizando por Europa sin importar raza, edad,
nacionalidad ni si quiera el ¡IDIOMA!
Todo
el tiempo que estuvimos en el viejo continente, notamos la presencia de Dios en
diferentes momentos. Por ejemplo el primer día que llegamos, Viliulfo (El
responsable de todo el grupo) nos da la noticia de que celebraríamos una eucaristía
casi pisando Madrid, para mi sorpresa el Padre que presidiría dicha misa fue
uno de los seminaristas que estuvo con nosotros en México por un tiempo, fue
una gran alegría y bendición para mí ya que no pude ir a su ordenación ni la
misa que ofició en México.
Siguiendo
la trayectoria del viaje, vivimos de todo, carencias, abundancia, tristezas,
alegrías, enojos, malos ratos, fantásticos momentos, de todo. A pesar de todo,
ver la sonrisa en cada uno de los rostros tanto jóvenes como no tan jóvenes,
fue impresionante que nada nos baja el ánimo y que las distintas familias que
nos recibieron tanto en Verona como en Polonia, daban no lo que les sobraba
sino lo que todo lo que tenían por nuestra comodidad, literal daban su vida por
nosotros.
Para
llegar al encuentro con el Papa tuvimos que caminar 8 km hacía la plaza de la
misericordia, ¡Y vaya que fue mucho! Honestamente soy el tipo de persona que se
preocupa por todo y no le gusta que algo se salga de control. Lo que vivimos en
Cracovia con el clima también fue parte de las bendiciones que recibimos; para
describir un poco el clima en Polonia es como sigue: Pueden ser las 14:02 horas
estando el día soleado sin una nube y a las 14:10 horas soltarse una lluvia
intensa. Por lo tanto todo el camino iba solo pensando en “A ver a qué hora nos
cae la lluvia” ¡Sorpresa! No llovió ni una gota, tampoco estuvo soleado del
todo, lo que nos hizo más fácil la caminata, además de que nos encontrábamos
peregrinaciones de otros países que como nosotros iba con el mismo propósito, y
es increíble cómo nos quieren a los mexicanos, cada que nos topábamos con otro
país se escuchaban los gritos: ¡Viva México! A lo que todos respondíamos:
¡Viva! Siempre con emoción. Al final no sólo nos hicimos de amigos nacionales
(porque nos encontramos con un grupo de Cancún) sino que también nos hicimos de
amigos internacionales.
El
día con el Papa fue ver a 3 millones de jóvenes en oración con él, escuchar su
sabiduría en la homilía, el desglosar el evangelio de Zaqueo en partes
entendibles para los jóvenes, son cosas que llenan a uno de emoción, de
esperanza al saber que no todo está perdido, el creer que Jesucristo no está
muerto, ¡Está resucitado! Y camina entre nosotros.
Al
día siguiente, el encuentro con Kiko Argüello, el iniciador del Camino
Neocatecumenal, se vive una gran emoción cuando ves que otros tantos miles de
jóvenes están en espera de recibir una palabra. Aunque no fui llamado para la
vocación del seminario, regresé feliz de vivir esa experiencia. Una última cosa;
si pudieron notar, sólo hablé de mi experiencia religiosa que es lo que
realmente vives en este tipo de peregrinaciones, no importa el estar en otro
continente, el hacer compras, el tomar fotos, de verdad cuando vas encomendando
por Dios, olvidas todo eso y vives solo lo que él quiere que vivas y es lo
mejor del viaje. Próxima cita: Panamá 2019.
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