Las Novenas: ¿tiene alguna importancia su rezo?
Tomada del blog Religión en Libertad
2 septiembre 2015
‘El número nueve en la Santa Biblia indica sufrimiento y dolor. La Novena simboliza la imperfección humana que busca a Dios’ (San Jerónimo)
¿Qué es una Novena?
Etimológicamente,
el término ‘Novena’, proviene del latín ‘novem’, que significa ‘nueve’.
La Novena es una devoción de oración privada o pública de nueve días,
hecha con el fin de obtener alguna gracia o intención especial. Muchas
Novenas tienen recomendación eclesiástica, pero no un lugar propio y
establecido en la liturgia, ya que no son parte de la oración oficial de
la Iglesia Católica.
Al
pedir por la intercesión de Cristo, la Virgen o de un determinado
santo, debemos rezar la Novena con el deseo de imitar sus virtudes, y
para ello es necesario conocer al personaje a quien se le solicita la
intercesión. La Novena puede llegar a no tener validez alguna si se
limita a buscar un deseo personal sin abrir el corazón a Dios y sin
someterse a su voluntad. Una Novena bien hecha es un medio para
intensificar la intercesión a quien se le solicita.
El origen del rezo de la Novena
La
Novena no tiene un origen bíblico, sino que inicialmente provenía de
una costumbre griega y romana en la que se celebraban nueve días de
duelo por los difuntos.
Jesús
enseñó a orar con insistencia y pidió a los Apóstoles que se prepararan
en oración para la venida del Espíritu Santo. De esta experiencia
eclesial surgió la Novena de Pentecostés.
Aunque
los primeros cristianos siguieron la costumbre de la oración, la misma
consistía en oraciones de manera comunitaria. En la Edad Media se decía
que Jesucristo murió en la hora novena y que, gracias a la Santa Misa,
un difunto sería elevado al cielo en el noveno día si se oraba por él.
España
y Francia introdujeron la ‘Novena de preparación’ para la Navidad, con
el fin de recordar los nueve meses del embarazo de la Virgen María. En
España el Concilio de Toledo del año 656 d.C. transfirió la festividad
de la Anunciación al 18 de diciembre, dentro de la Novena. De la ‘Novena
de preparación’ surgió la costumbre en Francia y Bélgica de hacer
Novenas a la Virgen y a los santos por diversas intenciones.
Aunque
las Novenas son muy antiguas, no fue sino hasta el siglo XVII que la
Iglesia concedió formalmente la primera indulgencia a una Novena en
honor a San Francisco Javier, otorgada por el Papa Alejandro VII.
La Novena de gracia
Esta
Novena comenzó en 1633 cuando el Padre Mastrilli S.J. se encontraba
mortalmente herido por causa de un accidente. San Francisco Javier, a
quien el Padre Mastrilli le tenía gran devoción, se le apareció
exhortándole a dedicarse a las misiones. El sacerdote hizo un voto ante
su Provincial de que iría a las Indias Orientales si Dios le salvaba la
vida.
El
3 de enero de 1634 el Padre Mastrilli recibió otra aparición de San
Francisco Javier, quien le pidió que renovase su promesa. Le anticipó su
martirio y Dios le restauró su salud tan plenamente, que esa misma
noche el Padre Mastrilli pudo escribir lo ocurrido y a la mañana
siguiente celebró Misa en el altar dedicado al santo, y regresó a su
vida comunitaria. Pronto se fue a las misiones en Japón, donde fue
martirizado el 17 de octubre de 1637.
El
milagro se propagó por toda Italia e inspiró tal grado de confianza en
la intercesión de San Francisco Javier, que los fieles pedían su ayuda
por medio de una Novena denominada ‘Novena de gracia’. Esta Novena se
hace pública en muchos países del 4 al 12 de marzo de cada año.
Precisamente esta última fecha, el 12 de marzo, fue la canonización de
San Francisco Javier.
Conclusión
Las
Novenas requieren humildad, confianza y perseverancia, tres importantes
cualidades para una oración eficaz. Innumerables santos rezaban Novenas
con gran devoción y, a través de los siglos, muchos milagros se han
logrado con la oración de la Novena.
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sábado, 5 de septiembre de 2015
LAS NOVENAS: ¿TIENEN ALGUNA IMPORTANCIA SU REZO?
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