UN
MAR DE MISERICORDIA:
FIESTA
DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN 2016
Pbro.
Lic. Juan Carlos Flores Rivas.
En este año 2016, nombrado Año Santo Extraordinario de la
Misericordia por indicación del Santo Padre Francisco, la Solemnidad de Nuestra
Señora del Carmen se presenta como “Un mar de Misericordia”. Pues la
experiencia espiritual surgida del Monte Carmelo, a partir de que el Santo
Profeta Elías hace de ese lugar santo lugar de oración y de contemplación, ha
dado un innumerable caudal de vida espiritual, entre los cuales se cuentan
grandes maestros de oración, como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz,
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), y últimamente, quien será
próximamente canonizada Sor Isabel de la Trinidad.
Hoy
huele a mar y brea, a salitre y arenal de playa, a calina de tinglado portuario
y brisa de bahía. Hoy suena el ambiente a salve marinera y sirena de navío, a
algarabía de mudada muchedumbre, volteo de campanas y alegre pasacalles. Hoy
alumbran la tarde luces de faros solitarios y destellos de aguadas flores. Hoy
procesionan gentes y barcos. Hoy es día de misa mayor en cientos de poblaciones
españolas. Hoy pescadores y marineros homenajean, con sus autoridades, a la
Patrona del mar. Hoy es la festividad de la Virgen del Carmen, a quien Rafael
Alberti (1902-1999) calificó de “sol de la marina” y de la que dijo que “la
cúpula del mar será su tiara y nimbo la ilusión del cielo”.
Afirmó
esto cuando era un joven escritor de veintidós años que, en su libro ´Marinero
en tierra´, evocaba con nostalgia las vivencias infantiles del mar de su
localidad natal –El Puerto de Santa María–, de la que se encontraba
temporalmente alejado para recuperarse de una afección pulmonar en la población
segoviana de San Rafael, en la sierra de Guadarrama. En esta obra, el poeta
gaditano, mediante la incorporación de formas populares, canta el mar
idealizado de sus primeros años de existencia, acudiendo incluso a recursos
líricos del cancionero tradicional. Estas circunstancias, unidas a la formación
religiosa adquirida durante la primera enseñanza cursada con las Carmelitas de
su ciudad, permiten entender el empleo de la simbología mariana a la hora de
recordar en este poemario la fiesta marinera que hoy se conmemora.
Pero, ¿qué se celebra en concreto de la Virgen del Carmen el
día 16 de julio? Concretamente, este año de la Misericordia 2016, celebramos el
765 aniversario de la aparición de la Santísima Virgen a San Simón Stock,
momento en el que le entrega al Santo Escapulario, prenda de reconciliación y
de paz.
¿Quién
era Simón Stock? Nace en el condado de Kent (Inglaterra) en el año 1165. Su
apellido Stock hace alusión a un "hueco de tronco" donde de pequeño y
de joven, Simón pasaba largas horas en oración como un ermitaño. Cuando llega
el primer carmelita a Inglaterra ingresa a la Orden. Lleva allí una vida
ejemplar y piadosa. En un capítulo general reunido en Aylesford fue nombrado
general de la Orden del Carmelo. Desempeñará este servicio hasta su muerte.
Era
muy devoto de la Virgen María, por lo que se le ha llamado "el amado de
María". A Ella le componía himnos, que luego recitaba.
Rezaba
así San Simón Stock cada día pidiendo por su Orden: Flor del Carmelo, Viña
florida, esplendor del cielo; Virgen fecunda y singular; oh Madre dulce, de
varón no conocida; a los carmelitas, proteja tu nombre, estrella del mar.
Una
de sus mayores preocupaciones era la difusión de los carmelitas en Inglaterra y
toda Europa; por ello funda diversos conventos en las principales ciudades
universitarias como por ejemplo Oxford (Inglaterra), Cambridge (Inglaterra),
Boloña (Italia) y París (Francia).
A
él se le aparece el 16 de julio de 1251 la Virgen (en ese entonces San Simón
Stock era Superior de la Orden del Carmen) y le entrega un escapulario mientras
le dice: "Toma este hábito, el que muera con él no padecerá el fuego
eterno"." Toma, hijo querido, este escapulario; será como la divisa
de mi confranternidad, y para tí y todos los carmelitas, un signo especial de
gracia; quienquiera que muera portándolo, no sufrirá el fuego eterno. Es la
muestra de la salvación, una salvaguardia en los peligros, un compromiso de paz
y de concordia".
Llevar
el escapulario constituye una promesa de morir en gracia y salir del purgatorio
lo antes posible (a más tardar el sábado siguiente a la muerte). No es un
amuleto o protector mágico sino es un compromiso a vivir en forma mariana o sea
imitando las virtudes de la Santísima Virgen. Esta devoción se divulgó
rápidamente. San Simón Stock muere en Burdeos (Francia) el 16 de mayo de 1265,
haciendo una visita pastoral. Es enterrado allí. En el año 1951 es trasladado a
Aylesford. Es venerado por los Carmelitas desde por lo menos 1564, la Iglesia
aprueba que los carmelitas celebren esta fiesta.
En
la Parroquia del Carmen de Acapulco, en el Barrio de El Hueso, un espléndido
vitral en la sacristía reproduce el momento de gozo cuando la santísima Virgen
del Carmen le entrega a San Simón Stock el sacratísimo escapulario. Y es la
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen en el Barrio del Hueso, el centro
espiritual del que irradia la bendita presencia de esta santa Señora, como un
nuevo Carmelo, ahora en la ciudad y puerto de Acapulco. Cual Estrella del Mar
(Stella Maris), la Virgen del Carmen es protectora de los marineros,
navegantes, y gente del mar.
Una
antigua tradición afirma que, cuando los religiosos carmelitas se vieron
forzados a abandonar el Monte Carmelo por la invasión de los sarracenos,
mientras cantaban la Salve, se les apareció la Virgen y les prometió ser su
Estrella del Mar. Con el paso del tiempo, también los marinos –acostumbrados
como estaban a guiar su rumbo por las estrellas– depositaron en Ella su
devoción como Patrona. Igualmente, los demás creyentes confiamos en María para
que, en las procelosas aguas de la vida, como estrella del mar nos guíe hacia
el seguro puerto de su Hijo y –con Alberti– le imploramos:
¡Oh,
Virgen remadora, ya clarea, la alba luz sobre el llanto de los mares! Contra
mis casi hundidos tajamares, arremete el mastín de la marea. Mi barca, sin
timón, caracolea, sobre el tumulto gris de los azares. Deje tu pie, descalzo,
sus altares, y la mar negra verde pronto sea. Toquen mis manos el cuadrado
anzuelo -tu escapulario-, Virgen del Carmelo, y hazme delfín, Señora, tú que
puedes… Sobre mis hombros te llevaré a nado, a las más hondas grutas del
pescado, donde nunca jamás llegan las redes.
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