CROQUIS DE LOCALIZACION

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lunes, 21 de mayo de 2018

SAN JUDAS TADEO: UNA ESPIRITUALIDAD CENTRADA EN JESUCRISTO





SAN JUDAS TADEO: UNA ESPIRITUALIDAD
CENTRADA EN JESUCRISTO.

         San Judas Tadeo es un enamorado de Cristo, un discípulo de la verdad, un apologista que demuestra su fe sin ocultamiento, su deseo de ilustrar las mentes de sus oyentes con la maravilla de la encarnación, milagros, pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús.
Cristo, en su venida, permitió ser humillado, y humillado exaltó su divinidad en el cuerpo que tomó, y fue crucificado, y descendió a la casa de los muertos al ser El mismo asesinado, dando vida a los muertos, y ascendió a los cielos, siendo exaltado.
La novedad de la predicación de San Judas Tadeo es la proclamación de Dios hecho hombre, solidario con las causas humanas, incluyendo la muerte común, la novedad del único ser resucitado que ha vuelto a la gloria a la que pertenecía.
La enseñanza de San Judas Tadeo está en línea con la misma enseñanza de San Pablo, de modo que no es u simple adoctrinamiento, sino la ilustración en los misterios, el paradigma moral de la obra de Cristo en la vida del hombre, el sentido de la trascendencia misma del Dios cristiano: Nuestro Señor Jesucristo ha cumplido la voluntad de su Padre, fue llevado a su Padre, y se sentó con él en la gloria, en la que estará por toda la eternidad.
San Judas Tadeo es un predicador interesado en predicar a Jesucristo, es un mistagogo, profundiza la realidad de Cristo a través de sus cualidades como objetivo de la Revelación. Su predicación parte de las profecías que anunciaron su venida, su realidad eterna, su misión y acción salvadora: Jesucristo, medico de almas atribuladas, y Salvador de la vida futura, Hijo de Dios que descendió del cielo y estaba vestido con un cuerpo se hizo hombre, y se entregó y fue crucificado por todos los hombres.
Y si no hubiera querido, él no se habría revestido a sí mismo de un cuerpo, porque él mismo es el forjador del cuerpo. Pero su cuerpo es la inversión pura de su divinidad gloriosa, por la cual somos capaces de ver su Señoría invisible.

San Judas Tadeo evitó siempre la equivocación de exaltar por una parte lo meramente humano, o solamente lo divino, que llevó a otros predicadores a caer en equivocaciones. San Judas Tadeo reitera la enseñanza del credo, acentuando sus efectos salvadores: Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre.
San Judas Tadeo proclama con firmeza su fe: Jesucristo es el Señor que ha venido a rescatar a los hombres, El es el hijo adorado, y es la gloria de Dios y es el Rey triunfante, y es el Poder Omnipotente. Aunque vistió cuerpo de hombre, era dios con su Padre, por eso las obras de la creación temblaron cuando fue asesinado, y se aterrorizaron ante el sufrimiento de su muerte, dando fe de que El es el que hizo las obras de la creación.
Este Cristo Jesús, por lo tanto, predicamos y mostramos, y con El alabamos a su Padre, y exaltamos y adoramos al Espíritu de su divinidad, porque eso nos enseñó San Judas Tadeo, doctor de la fe, que en lo profundo del espíritu, la proclamación abierta de la divinidad del Señor es necesaria para la salvación.
Las esperanzas de los creyentes se mantienen firmes en las promesas del advenimiento del Reino predicado y anticipado por Cristo, por lo tanto, la predicación de san Judas Tadeo era el imperativo para completar las acciones dentro de la fe cristiana, que ya desde antiguo se había iniciado. En la predicación de San Judas Tadeo se advierte que se ha de esperar pacientemente el Reino la justicia de Cristo. Con esta promesa todos los creyentes han de recibir la gracia de gozar con él al lado de su Padre y su Señor en la gloria.
En San Judas Tadeo, la claridad de la fe en Cristo lograda por los creyentes asegura la superación de la idolatría, la probidad ética y otros desarrollos espirituales.

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